Hace un año y medio, el artista plástico Henry Rodas envío una propuesta al “Carrousel du Louvre” (una galería comercial que se emplaza junto al emblemático Museo de Louvre, en París) para exponer las obras en las que venía trabajando.
Después de la revisión de los trabajos del pintor nacido en Paute y radicado en Cuenca, cuyo contenido estaba relacionado con los caballos, los rostros humanos y elementos abstractos, la galería aceptó la propuesta, y las obras se expusieron en octubre de 2022, sin saber que una de ellas lo llevaría a ingresar a la Real Academia de Artes, Ciencias y Letras de París.
Mientras exponía junto al Museo de Louvre, una de sus pinturas, en la que el rostro de un caballo mira hacia el espectador, llamó la atención de los cientos de visitantes que paseaban por la galería.
Entre las personas que admiraron su cuadro estuvo una supervisora del Carrousel, quien le motivó a que sea parte de la Real Academia.
“Ella se contactó conmigo y me dijo que le había gustado mis obras, y me preguntó que si me gustaría formar parte de la Academia de Arte de París… Esta academia incluye artistas, escritores e investigadores para fomentar el arte, la ciencia y las letras en todo el mundo”, dijo Rodas a diario El Mercurio.
El artista presentó su candidatura, y hace ocho meses fue aceptada por la Real Academia de Artes, Ciencias y Letras de París. Como si fuera poco esto, para su ingreso, Henry, hace tres meses, le dijeron que le entregarían la Medalla de Plata por la obra de su caballo que había expuesto junto al Museo del Louvre.
El ingreso a la academia parisina y la obtención de la medalla, que fue entregada el 11 de octubre, ocurrió en un momento en el que el artista buscaba dar a conocer su obra. Recién, en el 2018, hizo su aparición pública en Cuenca con una exposición de sus caballos realistas.
Sin embargo, en aquel entonces, el público y los críticos que vieron su arte ya auguraron buenas expectativas en torno a lo que estaba creando el pintor. Por ejemplo, el escritor Eliécer Cárdenas escribió:
“Henry Rodas, constituye un referente en la actual Plática de nuestra ciudad. El dinamismo de sus figuras, tanto en la ejecución de personas, (retratos, principalmente) como del noble equino, el caballo, es marcadamente realista y refleja la expresividad de los rostros humanos y la energía de los ejemplares zoológicos en pleno movimiento y llenos de exuberancia y vitalidad”.
Con lo que significa estar en la Real Academia de Artes, Ciencias y Letras de París, hay un peso y una responsabilidad mucho más grande para Henry, quien nunca vio a la pintura como forma de subsistencia económica.
El artista azuayo se desempeña como diseñador de muebles y pinta sus cuadros por un gusto que empezó en la niñez y lo trajo hasta donde se encuentra ahora: en un espacio mundial en el que está registrado su nombre. (I)
