Eliminar la tabla de drogas no es la solución

Eliminar la tabla de drogas no es la solución. Esto de acuerdo con el criterio de tres especialistas en diferentes campos.

Eliminar la tabla de drogas no es la solución
Eliminar la tabla de drogas no es la solución

Tres especialistas en diferentes áreas coinciden en que la eliminación de la tabla de drogas no es la solución para prevenir y enfrentar el consumo de sustancias psicotrópicas.

Para Stalin Aguilar, exsargento de la Policía Nacional, de la Dirección de Antinarcóticos de Azuay, y actualmente abogado en libre ejercicio, el Estado debe dar una solución integral al problema del uso de drogas.

“La tabla no tiene directa relación con el consumo de droga, no es la causa, la tabla es una referencia para la aplicación de las sanciones en base a la cantidad de droga que se encuentre en poder de una persona…”, señaló.

La tabla fue aprobada en mayo de 2013 cuando Rafael Correa era presidente del Ecuador. Estuvo basada en un análisis de toxicidad y estudios psicológicos y biológicos del Ministerio de Salud Pública (MSP).

Derogatoria

Fue derogada el último 24 de noviembre por Daniel Noboa, nuevo presidente del Ecuador. Esto en cumplimiento de unas de sus ofertas de campaña.

La tabla fijaba lo máximo que una persona puede llevar de droga para ser considerada consumidora y no expendedora. Por ejemplo, podía tener hasta 10 gramos (gr) de marihuana.

También podía llevar no más de dos de pasta base de cocaína, uno de clorhidrato de cocaína, 0,1 de heroína, 0,05 de metilendioxifenetilamina, 0,02 de éxtasis, 0,10 de heroína y 0,04 de anfetaminas.

Quienes sean considerados consumidores no reciben prisión, mientras que los que son identificados como vendedores pueden enfrentar una pena de uno a 13 años de cárcel.

Sanciones

Pues así lo establece el artículo 220 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), que asimismo hace una distinción entre mínima escala, mediana escala, alta escala y gran escala.

No obstante Aguilar reconoció que los microtraficantes al haber la tabla, portaban mínimas cantidades de droga para que en caso de que sean detenidos se los clasifique como consumidores.

Aguilar recordó que cuando era agente policial de antinarcóticos hacían seguimientos minuciosos y filmaciones para demostrar que efectivamente se trataba de vendedores de droga y no de consumidores. 

Exjuez

Por otra parte. Miguel Arias, exjuez en Azuay, aclaró que el consumo de drogas es un problema de salud pública y que las adicciones no deben ser criminalizadas. 

“Las personas adictas, las personas enfermas, no pueden recibir un reproche jurídico, no pueden recibir una pena, una sentencia, una sanción por el hecho de exteriorizar su adicción, su enfermedad…”, señaló.

Acotó: “en el tema de las drogas la conducta reprochable no es la del adicto sino el tráfico, sin importar la cantidad, así sea medio gramo, si está expendiendo esa es la conducta reprochable…”.

Añadió: “no estamos frente al hecho de que la tabla impide o no impide el microtráfico, limita o no limita el consumo, es solamente un techo, un marco referencial para el juzgador…”.

Criminalización

Desde su experiencia con exmagistrado, indicó que antes de la vigencia de la tabla era recurrente la criminalización de los adictos y muchas personas fueron a la cárcel por una posesión mínima de droga.

Para Arias el problema está en que hay una “verdadera sinergia” del Estado con la delincuencia organizada transnacional, que es un problema que se agrava.

“El Estado no hace nada para controlar la estructura macro que permite la presencia de sustancias estupefacientes en las calles para consumo interno y usando nuestras puertas para el consumo internacional…”, dijo.

Advirtió que no hay clínicas públicas para la atención de adictos y en los institutos privados el costo del servicio es alto y se hace inaccesible para la mayor parte de la población.

Recomendaciones

Verónica Córdova, psicóloga, explicó que para atender a los adictos es necesario un tratamiento psicológico o el internamiento en los centros de tratamiento especializado de acciones.

“A veces por desconocimiento, por ignorancia, se tiende a excluirlos de la familia, se tiende a juzgarlos, en lugar de apoyarlos y ser un soporte porque esto es una enfermedad…”, mencionó.

Indicó que cuando alguien comienza a consumir drogas hay cambios físicos, emocionales y conductuales. Por ejemplo, un indicador común son los ojos enrojecidos y la pérdida de apetito.

Acotó: “dentro del campo emocional y conductual se dan cambios y algunos se vuelven bastante agresivos, se aíslan, se exaltan, tienen ansiedad. Siempre hay algo que nos llama la atención…”.