HOY ES NAVIDAD

EDUARDO SÁNCHEZ SÁNCHEZ

                                                                                                                    

El mundo cristiano celebra hoy un hecho trascendente en su significado, desde que se admitió la fecha como la celebración de la natividad de El Salvador, en las condiciones más humildes que podamos imaginar, pese a ser enviado del Supremo, en un plan sobrenatural que el credo religioso y la fe nos instruyen.

El bullicio, los villancicos, las golosinas y la gastronomía de cada esquina del planeta, festejan con extrema alegría la llegada de El SALVADOR, el Niño que viene con humildad y amor, con sabiduría y bondad, con ternura y una gran misión, que conjuga amor universal con dolor de redención, con gigante conocimiento que maravilla a los doctores, preocupa a los poderosos, alegra a sus seguidores y alumbra a quienes por fe creen en su palabra y ejemplo.

La Navidad como liturgia cristiana se celebra ampliamente a partir del siglo IX, en el siglo XX se torna en festejo familiar de amplio espectro y va perdiendo la identidad religiosa para convertirse en festejo de intercambio de obsequios, bulla extrema hasta con la presencia de Baco, extremo consumismo y una grotesca materialidad que se confunde con paganismo.

Sí abrimos los ojos a una realidad, Natividad significa la celebración de un hecho extraordinario por la presencia de EL SALVADOR, y hoy más que nunca en un mundo cargado de turbulencia, guerra, sangre y sustitución de la deidad por el becerro de oro. Pobre Ecuador y pobres los ecuatorianos, sin futuro de desarrollo y progreso, saturados de impunidad y pus por doquier, con un casi fallido Estado, que mira atemorizado su diaria tragedia. Que llegue el día de vivir el progreso de esta nación, colectiva y respetuosamente en beneficio de sus habitantes.

Que esta Celebración, abra nuestros ojos y ablande el corazón de los humanos, para actuar correctamente y respetar a los demás. FELIZ NAVIDAD A MIS AMABLES LECTORES.

HOY ES NAVIDAD

                                                                                                                     EDUARDO SÁNCHEZ SÁNCHEZ

El mundo cristiano celebra hoy un hecho trascendente en su significado, desde que se admitió la fecha como la celebración de la natividad de El Salvador, en las condiciones más humildes que podamos imaginar, pese a ser enviado del Supremo, en un plan sobrenatural que el credo religioso y la fe nos instruyen.

El bullicio, los villancicos, las golosinas y la gastronomía de cada esquina del planeta, festejan con extrema alegría la llegada de El SALVADOR, el Niño que viene con humildad y amor, con sabiduría y bondad, con ternura y una gran misión, que conjuga amor universal con dolor de redención, con gigante conocimiento que maravilla a los doctores, preocupa a los poderosos, alegra a sus seguidores y alumbra a quienes por fe creen en su palabra y ejemplo.

La Navidad como liturgia cristiana se celebra ampliamente a partir del siglo IX, en el siglo XX se torna en festejo familiar de amplio espectro y va perdiendo la identidad religiosa para convertirse en festejo de intercambio de obsequios, bulla extrema hasta con la presencia de Baco, extremo consumismo y una grotesca materialidad que se confunde con paganismo.

Sí abrimos los ojos a una realidad, Natividad significa la celebración de un hecho extraordinario por la presencia de EL SALVADOR, y hoy más que nunca en un mundo cargado de turbulencia, guerra, sangre y sustitución de la deidad por el becerro de oro. Pobre Ecuador y pobres los ecuatorianos, sin futuro de desarrollo y progreso, saturados de impunidad y pus por doquier, con un casi fallido Estado, que mira atemorizado su diaria tragedia. Que llegue el día de vivir el progreso de esta nación, colectiva y respetuosamente en beneficio de sus habitantes.

Que esta Celebración, abra nuestros ojos y ablande el corazón de los humanos, para actuar correctamente y respetar a los demás. FELIZ NAVIDAD A MIS AMABLES LECTORES.