El fuerte aroma del café se diferencia de otros que se perciben en las calles. Su sabor y los atributos hacen que los cuencanos lo prefieran sobre otras bebidas para calentar el cuerpo en días de frío y lluviosos.
En la ciudad se encuentran cafeterías de especialidad que cumplen procesos diferenciados para la preparación de la bebida, así como otros locales tradicionales que utilizan productos de marca que se expenden en cualquier tienda o centro comercial.
La taza de café la acompañan con delicias de la gastronomía local y extranjera como las humitas, tamales, pancakes y más.
Un joven que se dedica al café
En el entorno del colegio Benigno Malo funciona desde hace cuatro años la cafetería “Slow Brew: coffe shop”.
Su propietario es Diego Arévalo, un joven de 33 años de edad con un título de tercer nivel en gastronomía por la Universidad de Cuenca y una formación académica en Argentina.
Arévalo es un apasionado por el arte culinaria, principalmente por el café de especialidad.
Trabaja con caficultores de diferentes zonas del país como Loja, Zamora Chinchipe, Azuay, Imbabura, entre otras provincias que le proporcionan los granos para que él se encargue de moler y tostar para preparar la bebida que vende en su establecimiento.
La importancia del café
En inmuebles que se ubican en las calles Hermano Miguel y Honorato Vásquez, así como en la avenida Loja y Juan Bautista Vásquez están los locales de “Ñucallacta Cafetería y Tostaduría”.
Este nombre bastante particular proviene de un vocablo kichwa que significa “Mi pueblo” o “Mi tierra“.
Rumiñahui Duchicela, de 42 años de edad, es el dueño del negocio. Duchicela se inmiscuyó desde hace 13 años en esta actividad para brindar un café de calidad a los cuencanos.
Para él, un café de especialidad debe cumplir parámetros como aroma, postgusto, acidez balance, entre otros.
“El producir un café es una mezcla de ciencia y arte porque en el primero hay especificaciones y recetas que uno sigue; y, en el segundo, por el gusto”, señaló.
El entrenador del Cuenca tiene su cafetería
En la calle Hermano Miguel y Juan Jaramillo se ubica la cafetería de Jerson Estacio, quien es una exgloria del fútbol y actual director técnico del Deportivo Cuenca. Precisamente, el negocio lleva el nombre de “Café Expreso Austral by cuenquita”.
Estacio se interesó por el café desde hace tres años aproximadamente cuando, por casualidad, un amigo le indicó sobre la producción de este que le llamó bastante la atención. Esto hizo que en un viaje a Estados Unidos (EE.UU.) lleve el producto con el nombre de “Expreso Austral” para venderlo a los migrantes.
Su iniciativa tuvo bastante acogida por lo que decidió aprender sobre los procesos de moler y tostar los granos de café. De esta manera, impulsar esta marca con su propio negocio.
El café es bastante apetecido, muchos emprenden con este producto para generar mayores ingresos económicos. -(I)
Diversos los criterios por franquicias
La llegada de franquicias con marcas de café extranjero al país genera diferentes reacciones entre quienes se dedican a esta actividad comercial en la ciudad.
Para Diego Arévalo, quien es propietario de la cafetería “Slow Brew: coffe shop”, esta situación no afectará a quienes son dueños de cafeterías de especialidad porque venden café de esencia a diferencia de marcas extranjeras que la comercializan con adheridos (sabores complementarios).
De su lado, Rumiñahui Duchicela, dueño de “Ñucallacta Cafetería y Tostaduría”, los afectados serán los productores ecuatorianos de café porque las franquicias, en este caso Starbucks, trabaja con caficultores peruanos con precios que no están por debajo de lo que se produce en el país. (I)
DETALLES
7 días de la semana laboran las cafeterías. Sin embargo, la crisis energética que afronta el país ha provocado que estos últimos tres días existan modificaciones en la atención.
La taza de café de especialidad cuesta desde dos dólares en adelante. La vendan acompañado de otras delicias de la gastronomía local y extranjera.
La mayoría de cafeterías se ubican en el Centro Histórico y la periferie como en los alrededores del parque de La Madre, colegio Benigno Malo, entre otros sectores.
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