Asaltos en las vías

Se incrementan los asaltos a buses, furgonetas y vehículos de menor cilindraje en la carretera Cuenca-Molleturo-Puerto Inca, por cuya razón ha sido denominada como “la vía del miedo”.

Transportistas y pasajeros se sienten desprotegidos. No hay control policial, peor patrullaje. El mal estado de la vía en ciertos tramos los obliga a conducir a baja velocidad. Los cortes diarios de energía eléctrica son otro problema. 

Todo eso contribuye a la inseguridad. Es aprovechada por bandas de delincuentes bien armados. Viajan en calidad de pasajeros en unos casos; en otros, están al acecho en sitios, por lo general deshabitados.

A pasajeros y conductores, bajo amenaza, los arrebatan todo, obligándolos a circular por “guardarrayas”, caminos de tercer orden.

Quienes viajan desde Cuenca a Guayaquil o viceversa, en muchos casos prefieren hacerlo en furgonetas. Incluso los migrantes al arribar al Puerto Principal desde los Estados Unidos. Son los más “preferidos” por los delincuentes, cuyos “campaneros” están al acecho ni bien salen del aeropuerto. 

Conductores de estos vehículos optaron por circular en pares para evitar los asaltos. Aún así lo han sido, como ocurrió hace dos semanas. 

La inseguridad en esa vía interprovincial, además repercute en la actividad turística. En Cuenca, durante los feriados y los fines de semana, se ve a mucha gente de Guayaquil disfrutando de su tranquilidad, gastronomía, lugares de diversión.

De persistir ese ambiente hostil, tal actividad podría verse menoscabada, si ya no lo está. Igual diríase del comercio.

El problema no es de ahora; pero se ahonda cada vez. Autoridades civiles y policiales de las dos provincias deben aunar esfuerzos, encontrar y aplicar estrategias para poner coto a los asaltantes en la referida vía. 

Lo han exigido tanto conductores como pasajeros. Razones les sobran para denunciar el abandono. Incluso han identificado los lugares más peligrosos: Tres Cerritos, El Mango y cerca del Parque Nacional Cajas.