Día de la lucha obrera, de desmontar la imposición del patrón, del empresario, del terrateniente sobre la mano de obra barata y precarizada. Seguimos dando pelea para no retroceder en derechos laborales, para denunciar la esclavitud moderna, para obtener una jubilación digna, para no morir en la miseria.
Y aun así, con todo el cuestionamiento a un sistema capitalista y neoliberal, el trabajo de cuidado es invisible y sin reconocimiento económico, porque sigue siendo el trabajo de las mujeres, el de la casa, el que no muestra y el que no se paga. Según la OMT el trabajo de cuidado a nivel global significa el 9% del PIB anual, es decir 4 billones de dólares, que nadie paga ni agradece.
El trabajo de cuidado, el mal llamado doméstico como un peyorativo, es el que permite y sostiene el trabajo remunerado, el que si vale. Si no hay quien cuide a los guaguas, a los viejos, a los enfermos ¿cómo fuera posible ir a trabajar? Dignifiquemos trabajo de cuidado, reconozcamos su aporte económico en el país y cuidemos a las cuidadoras. (O)
