Hace unos días, la Universidad de Cuenca llevó a cabo una ceremonia donde otorgó un reconocimiento público a aquellos graduados que han tenido el honor de representar a la sociedad en cargos públicos, ya sea a través de elección popular o como autoridades designadas. En este solemne acto, se pudo apreciar la presencia de distinguidas personalidades, tales como alcaldes, concejales y gerentes de empresas públicas, quienes conforman el destacado grupo de alumni de esta emblemática institución.
Obtener el reconocimiento del Alma Mater como alumni, término ampliamente utilizado en el ámbito académico para identificar a los alumnos graduados, significa un compromiso con los principios éticos y profesionales que representan a la academia . El prestigio y reputación de una Institución de Educación Superior, de alguna u otra forma se enlazan con esta relación que conserva con sus graduados. La ocupación de altos cargos de representación por parte de estos últimos conlleva una doble responsabilidad: aquella inherente a su cargo y la responsabilidad hacia la institución que los ha formado.
Lamentablemente, en nuestro país no todos los estudiantes terminan sus procesos con la honestidad requerida. Por esta razón, la sociedad espera que la academia no tolere “impericias”, es decir, ninguna forma de incompetencia, sin importar cuando se haya graduado. Los principios éticos y la honestidad académica han sido objeto de escrutinio desde hace décadas y son una garantía de la solvencia con la que se entrega a la sociedad nuevos profesionales. Frente a una denuncia de esta naturaleza, la absolución no debería dejar margen para dudas ni ofrecer justificaciones asociadas a una deficiente formación profesional. Hacerlo sólo recae en el desprestigio de la reputación de la misma institución que firma el título académico entregado y, por supuesto, del graduado involugrado.
A diferencia de estos desafortunados escenarios, el bien ganado prestigio de las Instituciones académicas en la región, entre ellas la Universidad de Cuenca, se ha mantenido intacto, entre otras razones, debido a que cuando se han denunciado y combrobado conductas que van en contra de la ética académica o de los valores institucionales, estas han sido expuestas y rechazadas con contundencia. Así se protegen, tanto la Institución y sus estudiantes, como sus alumni.