Ecuador atraviesa por un proceso electoral, que aspira elegir al candidato/a más preparado para dirigir al país, durante los próximos cuatro años.
Seleccionar el mejor perfil entre los dos candidatos, supone apoyar a aquel que tenga una preparación superior de excelente nivel, que maneje la dimensión económica y social, a fin de que, además pueda lograr el asesoramiento necesario para dirigir el proceso de gobernabilidad, luego de las elecciones del 13 de abril. Adicionalmente, se requiere una figura que maneje el lenguaje con altura y con ponderación; por supuesto se demanda por un candidato bilingüe que esté en capacidad de establecer contactos entre países, tan necesario en el mundo cosmopolita en el que vivimos. Lo académico y profesional por un lado, pero también un indispensable nivel de cultura que le permita acceder a los medios de comunicación con altura y prestancia. Como diría el refrán: “como te ven u oyen, así te juzgarán”.
El Ecuador exige el mejor candidato de los dos, que tercian por la Presidencia. ¡Usted elector, sin apasionamientos, escoja acertadamente! ¡No es momento de incurrir en una equivocación! ¡Ud se arrepentirá! (O)