OPINIÓN|
Los cuencanos a mediados del mes de marzo de este año, nos conmovimos escuchando en redes sociales a los Ings. César Arévalo y Wily Bermeo, Técnicos de la Empresa Municipal EMAC EP, sobre los riesgos para la salud e integridad por el temible Coronavirus, impartidos al personal de recolección de los residuos sólidos: 110 obreros y 46 conductores y luego haciéndoles rezar con fervor, antes de salir a los extensos recorridos de 30 Km para atender cada vivienda.
Nosotros sin salir de nuestras casas, durante esta cuarentena, evidenciamos que la generación de residuos se incrementó día a día, los tachos pronto se llenan, siendo fundamental la recolección de tres días a la semana, lo cual se cumple con rigurosidad. De igual forma las poco transitadas calles y aceras han sido limpiadas con esmero, los parques y áreas verdes no se abandonaron y la bella Cuenca está limpia y aseada.
Pero tampoco el servicio de recolección de residuos biopeligrosos u hospitalarios procedentes de las clínicas y hospitales, que incluyen de pacientes con Coronavirus se interrumpió a pesar de los riesgos para el personal, que incluyen pinchazos con las agujas utilizadas en las inyecciones cuando no están bien confinadas y que podrían ocasionar la trasmisión de graves enfermedades.
Finalmente, el relleno sanitario de Pichacay en Santa Ana, que recepta más de 500 toneladas de basura al día no ha dejado de operar, evitando cualquier riesgo de contaminación a los recursos naturales y población circundante.
¡Ciertamente hemos aprendido una gran lección: Qué los héroes y las heroínas no son únicamente los que van a la guerra con fusil al hombro, sino aquellos que, con su trabajo humilde y escoba en mano, cuidan y mantienen la ciudad, la naturaleza y contribuyen a nuestro bienestar y confort, ¡siendo por demás justo el reconocimiento y consideración para ellos y ellas! (O)
