Nadie nace odiando…

Simón Valdivieso Vintimilla

OPINION|

Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión. Y es que la muerte de George Floyd nos lleva a hurgar la memoria social y reencontrarnos con  esos  rostros conocidos que han condenado con su discurso el racismo, tales como Nelson Mandela, Martin Luther King o Rosa Parks.

Nadie nace odiando… Es una frase atribuida a Nelson Mandela, uno de los grandes líderes víctimas del racismo; esa enfermedad que pensábamos ya estaba erradicada pero lastimosamente nos hemos dado con la piedra en los dientes dice la abuela de la casa, pues es evidente que esa forma de violencia está aún con nosotros en forma solapada  o de frente como el asesinato en mientes.

El pasado lunes 25 de mayo tuvo lugar el suceso que acabó con la vida de un hombre de raza negra que moría en manos de un agente tras ser detenido por la policía de Minneapolis, en Estados Unidos. Los vídeos que se grabaron del suceso, han dado la vuelta al mundo  así como las imágenes de las protestas frente al racismo,  ese odio irracional contra aquellos que “pertenecen a otra raza”.

El racismo es condenado venga de un hombre negro o un hombre blanco. La lacra del racismo perdura en la sociedad, actuando como un sesgo mortal. Ello nos lleva a pensar entonces si es que esa trilogía balbuceada históricamente “libertad, igualdad y fraternidad” desde la Francia Revolucionaria se ha convertido en una frase de museo o está aún viva y latiente como para poder rechazar el racismo como expresión de prejuicio, puesto que el prejuicio,  alguien dijo,  es hijo de la ignorancia. El odio a las razas no forma parte la naturaleza humana; más bien es el abandono de la naturaleza humana. Es otro de los pensamientos oportunos para levantarnos airados contra esa enfermedad histórica en tiempos de la pandemia moderna. El racismo tiene mil caretas. (O)