¿Se puede rescatar al Ecuador?

Andrés Martínez Moscoso

OPINIÓN|

Inicio la redacción del presente artículo indignado por los continuos actos de corrupción en los diferentes niveles de gobierno. ¿En qué momento los ciudadanos perdimos el rol fiscalizador, y la participación en la construcción de la cosa pública?

O es acaso que nunca la tuvimos, y solamente de manera retórica se reconoció a la participación ciudadana en los textos constitucionales, como una especie de placebo.

Y es que, en más de una veintena de ocasiones, los ecuatorianos hemos creído que la solución a todos nuestros males se encuentra en la redacción de un nuevo texto constitucional, que genere un nuevo modelo de Estado, y con este, desaparezcan todos nuestros males.

Sin embargo, esa paranoia normativa, lo único que ha hecho es que, a lo largo de la historia, los grandes líderes políticos tengan una constitución, cual, si se tratase de un traje de sastre, hecho a la medida.

Lastimosamente la crisis sanitaria ha derivado en una crisis estructural, en la cual debemos ser los ciudadanos quienes propongamos las soluciones, y con base en nuestros valores, elementos históricos comunes, pero a la vez en el reconocimiento de nuestras individualidades y diversidades, solo así podremos proponer una forma distinta de administrar “la cosa pública”.

A menos de un año que, un nuevo presidente de la República ingrese al Palacio de Carondelet, es fundamental que la sociedad ecuatoriana establezca prioridades, y sus respectivos acuerdos.

Desde el retorno a la democracia, la idea de contar con partidos políticos institucionalizados que consoliden un Estado de Derecho no ha sido posible, tanto por su debilidad y falta de coherencia, así como por un posterior ataque a través de la “partidocracia”, y su posterior momento de la “movimientocracia”.

Los ciudadanos pedimos que los políticos incluyan en sus programas la solución a los reales problemas de la población, así como la generación de nuevos perfiles que, desde su formación y compromiso, sean consecuentes con el encargo que les hace el pueblo a través del voto.

La carrera política para el 2021 ha iniciado, pero es momento de saber elegir, y posteriormente saber exigir. (O)