Viveros, negocios con gran movimiento

Surge la tendencia de familias que compran plantas medicinales para sembrar en su casa

Vivero de Cristóbal Pillco. Cortesía

Desde tres centavos se pueden conseguir plántulas


Los viveros son negocios que en Cuenca se han fortalecido durante esta época de pandemia, sobre todo por la venta de plántulas (planta joven, al poco tiempo de brotar de la semilla) medicinales y frutales y de ciertas verduras.

Posiblemente se debe a que varias familias prefieren ir sembrado en su propia casa algunos productos para evitar salir o tener la certeza de su calidad, opina Ana Lozano, dueña de un vivero.

Vivero de Ana Lozano. Cortesía

También se ha fortalecido la tendencia de las personas que plantan mini bandejas en sus departamentos para “ir sacando poco a poco” por ejemplo las hierbitas para cocinar, lo que les resulta más barato.  Cada plántula cuesta tres centavos, mientras que en el mercado un “atado” va desde 25 centavos.

Las plantas ornamentales son parte de la  tradición para interiores y exteriores

Además, ella comercia desde un dólar plantas ornamentales de interior y exterior como geranio, pensamientos, petunias y otras.  Casi todas son sembradas en Cuenca, pues en esta época ya no le llega de Colombia la buganvilla y otras.

El 50% de su producción es criada en los dos invernaderos de Lozano y el otro porcentaje lo compra.

Según el registro de Lozano, lo fuerte de las ventas se ha evidenciado fundamentalmente en este último mes.  Se han vendido más las frutales y medicinales: menta, orégano, tomillo, albaca, yerba buena, aspirina, stevia, toronjil, cedrón, esencia de rosas y más.

Este tipo de negocios, paralelamente al vender brindan asesoría al cliente, le explican aspectos como que el tomillo puede durar en la misma tarrina, pero el toronjil no, este requiere una maceta más grande.

Estos viveros no han subido el precio, se mantiene igual que antes del Covid-19.

De modo paralelo venden, aunque en poca cantidad, cebolla, lechuga, etcétera.  “Damos para que sigan sembrando, solo vendemos plantitas crecidas puestas en tarrina”.

Pero parte del negocio es la tierra negra preparada; en el caso de Lozano la compra por volquetas, llegan de El Cajas o Tutupali. La comercia por sacos desde dos dólares, previamente la mezcla con abono.

Cristóbal Pillco, dueño de un vivero, antes vendía las plantas en tierra, hoy lo hace en bandejas  porque resulta un buen negocio.

Él comercializa plantas y hortalizas como brócoli, coliflor, lechuga, repollo, remolacha, col morada, apio, ajo, cebollín y otras variedades.  A su criterio, la competencia fuerte que tienen está en los almacenes agrícolas, que les genera un contrapeso en ventas.

La acogida que tienen este tipo de productos es porque cuesta tres centavos cada plantita, se llevan en macetas para sembrar en un rincón de la cocina o en un espacio del jardín; varias amas de casa están comprando de cinco a diez plantitas y también existen negocios que compran al por mayor. (I)


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