El caso está Romo

Alberto Ordóñez Ortiz

OPINIÓN|

El diccionario de la RAE al referirse al término romo dice: “…es el que se aplica a un cuerpo cuyas facetas tienen una terminación obtusa” (textual) A su vez, los sinónimos de obtusa son, entre otros: pánfila, inepta. Sin entrar en los enredos lingüísticos que plantean esos vocablos, basta lanzar una mirada al ámbito político –el lugar exacto en que las papas queman y amenazan con incendios- para entender que es allí donde los conflictos son verdaderamente complejos. Al momento, por ejemplo, hay el anuncio, aún no confirmado, de que la vicepresidente María Alejandra Muñoz, estaría por renunciar. El caso Azuero es la comidilla de todos los noticieros; como los 19 binomios, dignos de un record guinnes; lo mismo que los sucesivos pagos de la deuda externa gestados desde Finanzas, que entre varios más son una caja de resonancia que provoca intolerable dolor de oídos y mantiene al país en permanente vilo.

La lista sigue, y se va de largo: son 60 los legisladores que hoy mantienen problemas con la justicia. De seguir así, pronto llegará el día en que serán mayoría y, entonces, en lugar de ser destituidos hasta podrían hacerse erigir estatuas al puro estilo Krishner.

Desde luego que el anuncio del juicio político en contra de la Ministra del Interior adquiere especial relevancia, pues se trata de la ministra que dirige la política en el país, más aún si también se considera que hace una semana o algo más, fueron 123 legisladores los que solicitaron al presidente que la removiera. Cuando una desvergonzada (o) son cogidos en falta, ni siquiera se inmutan, por eso es que la sabiduría popular suele decir que “no tiene sangre en la cara”. Lo cierto es que el caso de la Ministra, está romo. Obtuso. Absolutamente romo, a menos que haya nuevo reparto. No olviden que en el país de Lenín lo imposible es lo único posible. (O)