Acción por incumplimiento

José Chalco Salgado josechalcosalgado@gmail.com

OPINIÓN|

Así se denomina constitucionalmente la Demanda, que las universidades cofinanciadas del país (UDA, PUCE, UPS, UCSG, UTE, UCATOLICA, ULVR y UTPL), que reciben rentas y asignaciones del Estado para entregar -por Constitución y Ley- becas a los estudiantes de escasos recursos económicos, presentaron y obtuvieron una histórica sentencia de la Corte Constitucional.

La estrategia inició en febrero, cuando las ocho universidades reunidas definieron el camino de reclamación técnica y jurídica sobre las asignaciones impagas de los años 2019 y 2020. Se diseñó un procedimiento en el marco del modelo constitucional ecuatoriano, buscando justicia no a la coyuntura, sino a la afirmación de principios, efectividad del ordenamiento jurídico y defensa a los cerca de 50.000 estudiantes beneficiarios. Y es que, meses atrás, tres universidades de Cuenca ya habían logrado importantes hitos jurídicos ante la misma Corte cuando se alcanzara con una demanda la derogatoria del Acuerdo Interministerial que reducía el salario a internos rotativos en áreas de la salud.

Se presentó en febrero ante el Ministro de Economía y Finanzas el reclamo previo, requisito de admisibilidad de la ya planificada Demanda que se presentaría después -mayo- ante la máxima Corte del país. En audiencia, el Ministro de Finanzas no pudo demostrar haber honrado esta obligación y aún menos encontró justificación para el retardo. Es más, la prueba aportada evidenció lo reclamado, un incumplimiento discrecional y gravemente discriminatorio.

Las universidades cofinanciadas no han obtenido un triunfo para ellas, sino para el Sistema de Educación Superior del Ecuador que incluye el justo reconocimiento que los dineros públicos son sagrados, pero aún más, cuando éstos tienen como destinatarios a los alumnos de escasos recursos económicos que estudian en estas universidades. Es una sentencia alcanzada con esmero, pasión y esfuerzo. No es sencillo litigar ante la Corte Constitucional. La estrategia no surge precisamente en el fervor del reclamo, sino en la conciencia y consecuencia con una actitud universitaria, diría académica, en donde se entiende que la universidad tiene razón sustantiva, está junto a su comunidad y de la mano de su pueblo. (O)