¡96 años!

OPINIÓN  |

Estos números como tales no producen ninguna reacción, pero, si nos referimos al aniversario 96 de la primera redacción del diario “El Mercurio” de la ciudad de Cuenca causa satisfacción, respeto y la generación de admiración de toda una sociedad que ve reflejada en las páginas su diario vivir, convirtiéndose en la historia de Cuenca, el Ecuador y el mundo.

Diario “El Mercurio”, fue fundado el 22 de octubre de 1924, manteniéndose hasta hoy sorteando una serie de vicisitudes, desde económicas hasta políticas para terminar, enfrentando a una pandemia que acecha por doblegar a toda una sociedad, incluida la comunicación, empero, esta amenaza se ha constituido en una motivación especial para mantenerse y seguir con más bríos en función de servir a la sociedad.

 “El Mercurio”, es uno de los diarios más antiguo del país, siendo sus fundadores los hermanos: Carlos, Alfonso, Aurelio y Octavio Sarmiento Abad. En el año 1935 los hermanos Sarmiento Abad venden los equipos y el diario a Nicanor Merchán Bermeo y, a partir de esa fecha, la familia Merchán se pone al frente siendo hoy su Director, Nicanor Merchán Luco, apoyado por un equipo familiar integrado por los hermanos: Marina, Rita y Miguel Merchán Luco. El diario al preconizar una línea independiente y realista, ha sido objeto de una serie de retaliaciones por parte de algunos gobiernos y ciertos sectores ciudadanos; a pesar de ello, nunca delinquió en su pensamiento, forjándose en la tribuna para aquellos que no tienen la oportunidad de manifestarse, siendo el adalid de las aspiraciones sociales. Oportuno recordar en esta crisis sanitaria, económica y social los enormes desafíos a que se vio abocado, teniendo que afrontar tenazmente esta cruda realidad que lo indujo a cimentarse en nuevas formas de comunicación como la digital, que tanto hoy sirve a la sociedad en tiempo de pandemia, obvio, sin descuidar las impresiones en papel. (O)

Saludamos a “El Mercurio” al cumplir los 96 años de vida periodística, aplaudiendo su larga historia y motivando a continuar informando como un servicio, las más de las veces no reconocido, pero que se constituye en un bastión para el progreso de la sociedad.