Una Reflexión

Bladimir Proaño

En un reciente programa televisivo, algunos panelistas resumían que el lado bueno del Ecuador podría girar en torno a estas cuatro palabras: pasión, vinculación, convicción y trabajo en equipo. Pasión por que todo lo que se hace con amor tiene mejores resultados. Vinculación, en el sentido de que no se puede trabajar descoordinadamente, hay que vincular a todos los involucrados. Convicción, porque debemos estar seguros de que el país puede llegar a ser una nación potente, que somos capaces de posicionarnos a nivel mundial como un destino con alto potencial. Y finalmente, trabajo en equipo, pues nadie debe pensar que los grandes objetivos responden al trabajo de una sola persona, más por el contrario, el objetivo superior del país (alcanzar la prosperidad) es tarea de todos.

Y si intentamos hacer una reflexión sobre el lado malo del Ecuador, cuáles podrían ser las palabras que lo resumen, me atrevería a responder con las siguientes: egoísmo, individualismo, incredibilidad y crisis. La pandemia no parece que nos está dejando la transformación deseada, de ser agentes de cambio, mantener una unidad de propósitos, cohesión, fidelidad y compromiso social en nuestra comunidad, es decir no ser egoísta. La solidaridad tampoco ha estado presente, estamos mas pensando en nosotros que en los demás, es decir nos caracteriza un individualismo que busca acumular riqueza, pero no compartirla. Esta falta de compartir, lo mucho o lo poco que se disponga, con aquellos que lo necesitan, nos está convirtiendo en una sociedad mas desigual, y esta inequidad está agobiándonos y, cada cuatro años, esperamos que un político ofrezca eliminar esta brecha. En algunos ámbitos, nosotros mismos expresamos poca autoestima, no creemos que podemos llegar a un sitial más arriba, en las organizaciones se frenan algunas promociones internas por que se cree, que contratar a alguien de afuera, hará un mejor trabajo, y esto no siempre es así, es decir nos volvemos incrédulos.

Finalmente, repetimos al unísono que estamos en crisis y lo único que logramos con repetir y repetir esta palabra es provocar que quienes tienen la posibilidad de revertir se aplaquen. Ecuador no es un país en crisis, todo lo contrario, somos y estamos convencidos de que todos tenemos la obligación de repetir que el Ecuador es un país que avanza y goza de prestigio. (O)