La ONU y la guerra

Con 141 votos a favor, cinco en contra y 35 abstenciones, la Asamblea General de la ONU resolvió exigir a Rusia el cese de su invasión a Ucrania y el retiro de sus tropas de este país.

Esta resolución se produce cuando la guerra desatada por Moscú ya mata a más de 5 mil personas, sin contar la destrucción de edificios, viviendas, infraestructura de servicios básicos, y el éxodo de miles de ucranianos hacia países vecinos.

El artículo 2 de la Carta de Naciones Unidas prohíbe recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza, e insta a todos los países miembros a respetar la soberanía, la integridad territorial y la independencia política de cualquier Estado.

Y, tal como fue aprobada la resolución de la ONU, aquél es el artículo violado por Rusia, al preferir las armas a la diplomacia y al diálogo abierto y sin condiciones.

Aunque la información en tiempos de guerra, a veces suele ser sesgada y manipulada, las escenas difundidas por los medios de comunicación muestran los horrores de la guerra, amén de los ataques cibernéticos, también los psicológicos, cuando, como dice el presidente ruso, Vladimir Putin, puede echar mano de armas más letales, en franco desafío a la paz mundial.

Paralelo a la resolución de la ONU, la Corte Penal Internacional abrirá una investigación en Ucrania por crímenes de guerra y de lesa humanidad, sin importar si los cometen Rusia o Ucrania, cuyas acciones planteadas ante este tribunal en años anteriores conllevaron a aceptar su jurisdicción, pues no son Estados Parte de la CPI.

Empero, nada convence al gobierno ruso de deponer las armas. Ni siquiera el cerco económico, el más contundente en contra de un país. Sus habitantes también sufren los efectos, posiblemente no ahora, pero sí a mediano y largo plazos.

Los coletazos económicos comienzan a sentirse en otras regiones del planeta, incluso en Ecuador en materia de exportaciones hacia ese país. Ni siquiera el deporte, a nivel de alta competición, podría quedarse libre.

Y ya se sabe: tras una guerra no hay vencedores ni vencidos.