Extranjeros cautivados por las tradiciones y solidaridad de Cuenca

Sally y Peter Dudar son dos extranjeros que ayudan a los cuencanos. Xavier Caivinagua

Lo que está viviendo Joseph Kennedy en diciembre es totalmente distinto a lo que vivía en Gran Bretaña, su lugar de origen.

Por ejemplo, la última semana, junto a Alexander Wojcik, un hombre de Idaho, Estados Unidos, que se viste de papá Noel para ayudar a organizaciones benéficas, compartieron una reunión navideña con 130 ancianos y entregaron regalos a 110 niños.

Mientras que, el 25 de diciembre, por la noche, viajará al Oriente, en donde entregará útiles escolares, tabletas electrónicas y computadoras a una tribu llamada Kuankus. Por último, para cerrar el año, el 31 diciembre será juez en un concurso de monigotes en Limón Indanza.

Cada una de las actividades que cumplirá Joseph, un joven que vive en Cuenca desde hace un año, son parte de una tradición que se desarrolla en Ecuador una vez que se acerca Navidad: la solidaridad.

Y los extranjeros que han llegado a Cuenca también han decidido formar parte de esos actos que van más allá de una cena el 24 de diciembre.

 “Va a ser una Navidad y una Nochevieja completamente diferentes para mí. Pero estoy muy agradecido por estas hermosas oportunidades que Ecuador continúa brindándome”, dijo Joseph a diario El Mercurio.

Joseph, que en Navidad solía compartir con su familia en Gran Bretaña, ahora compartirá con las personas que menos tienen en Ecuador.  

Regalar comida

Parte de ese grupo de extranjeros que una vez que llegaron a Cuenca empezaron a ayudar están los escultores Peter y Sally Dudar, una pareja de Los Ángeles, California, que no solo promueven la solidaridad en diciembre.  

Para los artistas, las ayudas que se entregan en Navidad deberían cumplirse todos los días, así como lo hacen ellos. Sea en el Parque Calderón o en las Escalinatas, la pareja regala frutas a las personas que no han podido comer porque no tienen dinero.

“Uno va a la plaza de San Francisco y se encuentra con cien personas que buscan trabajo y que no han comido. Eso asusta. Y tenemos que ayudar. La Navidad debería ser todos los días”, opinó Peter.

Vivir las tradiciones

A más de los actos de solidaridad, que son parte de la celebración navideña y de fin de año en Ecuador, los extranjeros se han encontrado con las otras costumbres de los ecuatorianos.

Los desfiles religiosos, la cena de nochebuena, las fundas de caramelo, los disfraces, las eucaristías, los monigotes.

Un sinfín de actividades y elementos que dan color y alegría a los últimos días del año, y que no han podido pasar desapercibidas entre los extranjeros.

En el caso de Peter Dudar, que vive en Cuenca desde hace 11 años, el Pase del Niño se convirtió en una de sus actividades favoritas, a tal punto que ahora él también se disfraza para participar en el desfile.

Las costumbres decembrinas han sido apropiadas por los extranjeros para ser parte de una comunidad que, en un principio, es desconocida.

“A mí me llamó mucho la atención cuando llegué a Cuenca cómo celebraban con sus fiestas, como el Pase del Niño. En Europa no pasa eso, no celebramos Navidad o fin de año como se celebra aquí. Y me he acoplado. He visto el Pase del Niño, he quemado los viejos”, dijo Mihaela Badin, una rumana que llegó a Cuenca hace casi nueve años.

Ya sea como espectadores de las tradiciones del Ecuador, o como personas solidarias, o como participantes de los distintos actos que se realizan en diciembre, los extranjeros, una vez que llegan a Cuenca, y la ciudad les cautiva, terminan por formar parte de los cuencanos y sus costumbres. (I)