Deslaves

Nicanor Merchán Luco

En esta época de intensas lluvias en el Ecuador, por todos lados existen deslaves, unos pequeños que obstaculizan las vías tanto de Costa, Sierra y Oriente y otros de gran magnitud que se llevan casas y sepultan a personas. El de Alausí nos ha llamado la atención y nos ha llenado de tristeza a los ecuatorianos. Decenas de personas fueron encontradas sin vida y todavía no se sabe cuántas han desaparecido, dejando dolor y angustia. De una manera menos dramática, asentamientos en distintas ciudades han destruido viviendas y obligado a sus moradores a trasladarse a otros lugares o a vivir en refugios.

Los deslaves ocurren de forma lenta o rápida, pero al parecer siempre avisan; estos ocurren generalmente en épocas de lluvia y acelerados tras los temblores. Ahora la cantidad de lluvia es mayor, ya estamos constatando como en la costa ecuatoriana las inundaciones han sido desastrosas, pero en general se han intensificado y ahora llueve más o con más furia, lluvia que tiene que desaguar por cualquier lado. También los reservorios que se construyen en las alturas por donde quiera y sin estudios aceleran los deslaves.

Los deslizamientos en barrios o en la población urbana puede ocasionarse por alcantarillas rotas o tubería de agua potable fracturada, cuyas aguas van a aflojar la tierra, pero sin duda para prevenir hay que tomar en cuenta el cambio climático al que hay que combatirlo y es el que afecta al planeta. Los expertos dicen que ante la gravedad del problema hay que elaborar una “guía de supervivencia para la humanidad”; afirman que debemos actuar “todos en todas partes al mismo tiempo” con el propósito de reducir la cantidad de carbono que se emite a la atmósfera. Los efectos del cambio climático hay que enfrentarlos. (O)