El Cajas siempre en riesgo

“El dejar hacer, dejar pasar” marcó una tónica en las diferentes administraciones municipales, concretamente en el otorgamiento de permisos para construcciones en sectores prohibidos por las Ordenanzas.

Primó, además, la táctica de pagar la multa; pero, igual, quedaban las construcciones ilegales.

Quién creyera, pero una Ordenanza dictada en 1998 nunca ha sido aplicada para controlar a rajatabla la construcción de viviendas, de restaurantes, hasta de covachas y terraplenes con cualquier pretexto, en las zonas aledañas al Parque Nacional Cajas, sin olvidar la pretendida edificación de una estación de bomberos dentro del área protegida.

Desde la cabecera parroquial de Sayausí, a lo largo de un gran tramo de la vía Cuenca – Molleturo – El Empalme, la naturaleza primaria, el paisaje en su plenitud, han perdido sus encantos a causa de tales construcciones.

No sólo eso: esas intervenciones, y peor las destinadas a la venta de comidas, ponen en riesgo la cantidad y calidad del agua para miles de familias cuencanas tras potabilizarla en la planta de Sayausí.

Y como las malas costumbres se convierten en ley, una comisión integrada por ETAPA, Comisión de Gestión Ambiental (CGA) y Control Municipal, “encontró” maquinaria removiendo tierras, a más de construcciones sin permiso.

En el sector Dos Chorreras comprobó la construcción de un relleno sanitario clandestino. No faltaba más. Hasta dónde llega la estulticia de gente enemiga del ecosistema cuya fragilidad obliga a todos a protegerlo.

La CGA catastrará las construcciones y negocios levantados en ese sector. A sus propietarios se les hará cumplir un plan de buenas prácticas. Entre ellas, acciones correctivas de las intervenciones hechas sin permiso. Algo es algo.

Control Municipal no permitirá más construcciones. Ojalá lo cumpla. El daño hecho por quienes en su momento las permitieron, aun haciendo tabla raza de la Ordenanza, es irremediable.