Accidentes de tránsito

Marco Carrión Calderón

Tragedias constantes, con decenas de muertos y heridos en las carreteras del país, obligan a volver sobre el hecho de que, en lugar de disminuir la alta incidencia de infracciones y accidentes de tránsito ocasionados por los conductores de vehículos de transporte público, especialmente buses, aumenta de manera alarmante. Los choferes profesionales son responsables de un 70 % de infracciones, entre otras no hacer caso a las señales de tránsito ni respetar las paradas, exceso de velocidad, cambios súbitos de carril, estacionar en lugares prohibidos, conducir vehículos en muy mal estado, incumplir horarios de servicio, etc. Como fácilmente se puede observar son infracciones que se puede y debe evitar cometer.

Los accidentes en los cuales hay pérdida de vidas humanas y heridos se cuentan por miles cada año. Los causantes en la gran mayoría fueron choferes que no tenían la capacitación adecuada; en muchos casos portadores de licencia de “profesionales” pero conseguida gracias a trampas y corrupción. Frecuentemente fueron irresponsables que conducían en estado de ebriedad o con exceso de fatiga. La mayoría de estos, luego de causada la tragedia se dieron a la fuga abandonando a los heridos a su suerte, y nunca se ha vuelto a saber de ellos ni para responder por el daño causado peor para recibir el castigo merecido. Tampoco las autoridades se ocupan de buscar al responsable.

Es indispensable un reconocimiento de estas cosas por parte de los gremios de la transportación pública para comenzar a buscar soluciones. Es indispensable que se pongan de acuerdo e instruyan a sus asociados para respetar las paradas y estacionarse únicamente de manera que no causen peligro para quienes abordan o descienden de los buses, ni problema al tránsito de los demás vehículos. Tienen que estar conscientes de que resultan más que sospechosamente cómplices de los asaltos en los transportes interprovinciales cuando dejan subir tranquilamente a personas en el trayecto, sin la revisión adecuada y violando disposiciones que prohíben expresamente tal cosa y cuando pudiendo tomar medidas que eviten el asalto parecen facilitar su consumación. (O)