A la “caza” de votos

Análisis político Marco Salamea Córdova

La campaña electoral, para las elecciones presidenciales de la segunda vuelta, ha puesto a los candidatos finalistas Arauz y Lasso en una carrera contra el tiempo para conquistar al electorado que, en la primera vuelta, votó por otros candidatos presidenciales, particularmente por Pérez y Hervas.

En este marco, los asesores y equipos de campaña de los dos finalistas han rediseñado las estrategias para llegar a un electorado heterogéneo, pero también con poca credibilidad frente a los políticos.

En cuanto a Lasso su cambio de estrategia es mucho más evidente, con cuestiones como su aparición en videos en TikTok y con un Look forzadamente juvenil; hasta la diversificación de su discurso y de sus ofertas, según el sector social al que se dirige y pretende convencer. Un ejemplo de esto último es su pretensión de acercarse a grupos como el movimiento LGBTI, a feministas, a jóvenes, a indígenas, a ecologistas, etc.

Si en el caso de uso del TikTok la intención sería disputar el electorado joven que votó por Hervas; en el caso de su improvisado discurso ecologista e indigenista la pretensión sería conquistar un sector del electorado que votó por Pérez. Sin embargo, la percepción de los votantes de Pérez, de que este habría sido víctima de un fraude de Lasso para pasar a la segunda vuelta, y los propios cuestionamientos del candidato de PachakutiK a éste último confabularían en contra de esa pretensión.

En cuanto a Arauz, lo principal de su cambio de estrategia constituye su afán por proyectar una imagen alejada del pasado de prepotencia y las tendencias autoritarias del Correa. Sin embargo, los reiterados mensajes de revanchismo, que el ex Presidente emite a través de redes sociales, conllevan el riesgo de hacer fracasar dicha estrategia. Adicionalmente Aruz ha fortalecido su campaña en territorio, buscando una relación directa con diversos actores sociales, especialmente con aquellos que le fueron esquivos en la primera vuelta electoral.

Por otro lado. en una campaña por quedar bien con todos los sectores sociales, los dos candidatos han acrecentado sus ofertas electorales, varias de ellas demagógicas. Pero esto parecería no importar pues, maquiavélicamente, todo se “justificaría” con el fin de “cazar” los votos y llegar al poder. (O)