¿El mundo por la vida?

Hernan Deleg Pacheco

En el diario amanecer de la vida, tomamos muchas decisiones sopesando las ventajas y desventajas. Por ejemplo, hay quienes se compran un automóvil por su conveniencia. Pero también es prudente pensar en el costo de poseer un auto, matriculación, depreciación y su mantenimiento. Además, hay que tener en cuenta el peligro en su conducción, hasta de perder la vida de un accidente. Con las sustancias químicas sucede lo mismo, que no es más que el mundo que nos rodea, incluidos los más de 100 elementos fundamentales como el hierro, el plomo, el mercurio, el carbono, el oxígeno y el nitrógeno. Los compuestos químicos son combinaciones de diferentes elementos. Muchos de estos compuestos, como el agua, los ácidos, las sales y el alcohol resultan de procesos naturales.

Con las sustancias químicas sucede algo parecido; hay que sopesar ventajas y las desventajas; pongamos por un caso, una sustancia química denominada MTBE (metil-terbuleter), que se añade a la gasolina para mejorar su combustión y reducir las emisiones contaminantes de los vehículos. Gracias, en parte al MTBE, el aire de muchas ciudades del mundo está más limpio ahora, de lo que estuvo anteriormente. Pero “ha habido que pagar un precio”, informa New Scientist. En decenas de miles de depósitos subterráneos de gasolina se ha producido fugas de MTBE cancerígeno potencial; y se han contaminado las aguas subterráneas, dicha revista sostiene que “es una crisis más grave de contaminación de las aguas subterráneas”.

Algunas sustancias químicas han sido ya prohibidas; y eliminadas del mercado, debido al daño que causan al medio ambiente y a la salud.  ¿Acaso no se somete toda nueva sustancia a meticulosos ensayos toxicológicos antes de llegar al mercado?   El mundo por la vida. (O)