Pólit, vomita

Leonar Durán

Los ecuatorianos a quienes nos duele ver cómo este país se nos pudre, estamos ansiosos por conocer lo que vomite Carlos Pólit, el excontralor alabado, bendecido y sacramentado por el “caretuco” que ahora dice que no casi no lo conoce.

Se necesita ser producto de un vómito del diablo para seguir limpiándose el punto final de colon con la patria, que alguna vez dijo que era soberana y altiva.

Y aquí los ecuatorianos se lo permitimos.

Pasamos distraídos. Preocupados porque dicen que el futbolista Byron Castillo no es ecuatoriano sino colombiano; porque no responden ni siquiera con un “like” a la foto que subimos al Facebook; o, a lo mucho, tratando de sobrevivir.

Ahora todos, o casi todos, ponen los ojos en los Estados Unidos cuya justicia podría sentenciar a que el excontralor, que siempre ganaba los concursos con un 10/10 y el prófugo le decía que era “de lujo”, termine en la cárcel los pocos años de vida que le quedan.

Se ha comprometido a colaborar con la Justicia para que no sean 100 sino menos los años carcelarios.

Tras pagar como fianza la “irrisoria” cantidad de 14 millones de dólares, en su arresto domiciliario el 10/10 de la corrupción debe estar rumiando cómo, dónde, por qué, quiénes, con quiénes, fue parte del nido de ladrones que esquilmaron la patria.

Sí, de esa patria donde viven 6 millones de desocupados, donde no hay medicamentos en los hospitales públicos, se cae a pedazos la infraestructura escolar, la vial, la hidroeléctrica (Coca Codo); y se la gobierna a tientas, a dentelladas, permitiendo que cada jauría se dispute las pocas carnes en que la dejaron.

Y, contrario a lo que hacen los rumiantes, el 10/10 no podrá tragarse lo que rumee, sino vomitar.

Otros, como él, aún estando presos en Ecuador, no quisieron vomitar lo que saben, quizás por ser “orgánicos”, o intuyeron que jueces corruptos les dejarían libres tarde o temprano.

En el caso del 10/10, ojalá los “gringos” nos permitan conocer los nombres de sapos, ratas, culebras y más demonios que salgan con la baba infectuosa que expulse.

¿No te corrompiste solo, verdad? ¿Hay otros que cogieron más plata que tú, verdad? ¿Sabes dónde la camuflaron, verdad? ¿Hay otros que te dieron su venia para coger sobornos de Odebrecht; de Seguros Sucre, verdad? ¿Hay otros con quienes convertiste a la Contraloría en prostíbulo de los desvergonzados, verdad?

Habla, vomita. No te pudras solo. En Estados Unidos nadie te salva. (O)