En campaña

José Chalco Salgado josechalcosalgado@gmail.com

El Ecuador ya vive nuevamente una campaña electoral. La meta es alcanzar los gobiernos seccionales, el Consejo de Participación Ciudadana y el sí en la consulta popular.

Cuentan cuenteros y otros, que hay encuestas por todo lado. Va primero y segundo. Va ganando y va perdiendo. Ya le alcanza y no le coge. Están en empate técnico. No mismo le dan los números. Se roban electores entre uno y otro. Son del mismo círculo. Algunos del mismo barrio y otros, de las mismas mañas.

Es decir, se convierte en un tiempo de incógnitas y astucias. De habilidades y laberintos. De candidatos en campaña.

El periodo establecido como campaña electoral es el espacio a través del cual diferentes grupos políticos ejecutan acciones con el objeto de alcanzar votos. Es el momento de máxima movilización externa. En el Ecuador se mira por temporada, aparecen ahora, muy pocos han estudiado sobre la campaña electoral permanente y los efectos de la presencia ideológica y social a lo largo de la vida democrática y republicana. 

Ahora, como estamos en plena temporada, se siembra, cosecha y madura de todo. Existe una distracción para la gente. En muchos casos -sin comprensión- circula dinero que financia y pone a los candidatos a regalar de todo. Recorren barrios, parroquias, radios y hacen presencia en veredas y reuniones. Todos por unos cuantos votos.

Gente preparada también debe existir. Muy poco se mira y más prima el oportunismo. Se ha convertido en una magia de seducir a electores antes que educar y enseñar a votar.

Hay candidatos a concejales ofreciendo obra pública e infraestructura -que no la pueden hacer ellos, sino un cuerpo de concejales en un órgano llamado Consejo Cantonal-; hay candidatos a alcaldes diseñando policía -que no pueden disponer sino el gobierno nacional-; hay candidatos a prefectos hablando del número de carriles -en las vías del Estado en las cuales no pueden ejercer atribución alguna-; y mientras tanto, una población a la espera de la mejor elección. Mejor dicho, de que termine la campaña electoral.

Apatía de la gente ¿por qué? Por el tipo de campaña y la clase de candidatos en el proceso electoral.  (O)