Aún estamos a tiempo

OPINIÓN | Bien dicen que estos días sirven para reflexionar. Para sacar un balance de este año atroz que por fin ha terminado. Y no lo digo solamente por la cruel pandemia que ha puesto al mundo de rodillas, sino también por la política que, en consonancia con los oscuros tiempos que vivimos, ha respondido a la mano abierta de los territorios, que hoy más que nunca, necesitan apuntalar su desarrollo, con el puño cerrado del centralismo.

Empezando por la absurda asignación de USD 61 millones al presupuesto municipal de Cuenca para el 2020. Una asignación ridícula y ofensiva que representa el 9% de los casi USD 669 millones recaudados en Cuenca (solamente por el SRI) durante el ejercicio económico 2019. Pero no vaya a pensar, estimado lector, que aún este infame compromiso se cumplió, pues, tan pronto como pudo, el gobierno se retractó de USD 6 millones (originalmente ofrecidos para conmemorar nuestro bicentenario) y aún tiene pendiente la transferencia de USD 19 millones de los USD 55 millones restantes.

¿Termina allí el abuso? Lejos de eso. Pues, resulta que, ante la carencia de recursos, el GAD Municipal consiguió una línea de crédito internacional para la construcción de infraestructura. Cuestión que, para hacerse efectiva, necesitaba nada más que del aval soberano del Gobierno Central, el que llegó, aunque cueste creerlo, a finales de noviembre, cuando ya faltaban días para cerrar el año y poca o ninguna capacidad de maniobra le quedaba al GAD.

Así visto, la afectación al territorio no solamente se dio en la falta de seriedad para la transferencia de los ya exangües recursos comprometidos, sino en el bloqueo de la posibilidad de contratar fondos por cuenta propia. Una lógica egoísta y mezquina que ni financia ni permite financiar el desarrollo. Una actitud que nos hace cuestionarnos el para qué de un Estado unitario que ignora e insulta a sus territorios.

Y me pregunto, ¿ha perdido Cuenca su voz? ¿Cuándo fue que aprendimos a bajar la cabeza? ¿En qué recodo del camino silenciamos la orgullosa voz de los abuelos? ¿Podemos aún recordarla? ¿Será que aún no ha pasado el tiempo de la dignidad…? (O) @andresugaldev