Tratemos de comprender

Marco Carrión Calderón

Una gran mayoría de conciudadanos, la población que vive en el campo, en las zonas suburbanas, que no les interesa la vida política, no suelen leer los periódicos, o cuando más la sección deportiva, que de la radio escucha música y de la televisión miran telenovelas, deportes y las películas de romance o de acción, esas personas desconocen los sucesos habidos en el país.

No sabe si hay o no libertad de prensa y de opinión, si los recursos económicos del Estado son bien o mal utilizados, si la obra pública es realizada correcta y honestamente, si los Derechos Humanos son o no respetados.

De otro lado, a esa gente ¿afectó o no, en su vida de pobreza a la que están acostumbrados, que una empresa de nombre difícil de pronunciar, hubiese pagado o no coimas para hacer sus trabajos? ¿Acaso se habrá enterado, o recordará, que hay algunos que se han enriquecido sin que se sepa por obra de qué milagro? ¿Estas cosas perjudican en algo su diario vivir? ¿O le impiden ver sus telenovelas o jugar indor futbol con sus amigos?

El escaso número de ciudadanos que se ocupa de leer noticias y editoriales de prensa representan casi nada para la gran mayoría de ecuatorianos. Por estas razones, sin culpa de los candidatos, es que la forma de votar de esa mayoría es incomprensible para los analistas políticos, los intelectuales o los universitarios que juzgan los hechos y tratan de entenderlos lógicamente y explicar, según eso, el devenir histórico-filosófico del día a día de la sociedad, sociedad que es un ente incomprensible para esa mayoría que vota según quien ofrece más cosas que sean concretas y no intangibles como libertad de prensa o Derechos Humanos, o por esa persona de quien han oído hablar o es más atractiva en los afiches.

He allí las razones de los votos y los resultados en elecciones. (O)