Aun cuando sea una verdad de Perogrullo, lo que se ve de los cien primeros días del gobierno de Lasso y Borrero, es lo que ha ocurrido. Pero también hay que ver- para tener una justa dimensión- lo que no ocurrió.
Me explico. La tarea primordial era vacunar al mayor número de personas contra el COVID. Ofrecieron nueve millones de vacunados y cumplieron. Hablo en plural porque la campaña nacional tuvo a la cabeza al Presidente, pero el Vicepresidente- médico- y la Ministra de Salud, trabajaron duro, para con la capacidad y enorme responsabilidad de los profesionales de la salud, lograr la meta. Hoy estamos entre los países más exitosos del mundo en vacunación. El manejo de la campaña ha sido pulcro. Pocas quejas y el plan de vacunar al 85 % de la población hasta el fin de año. Habría ocurrido lo mismo de haber ganado el otro candidato?…Quince años de corrupción en los hospitales hacen dudar.
La segunda gran tarea es reactivar la economía. Al día siguiente del triunfo de Lasso, bajó el riesgo país. Varios proyectos del sector privado que estaban en espera de los resultados electorales, arrancaron. Renació un clima de confianza. Por supuesto el desempleo se mantiene y la situación económica es grave. Pero imaginemos lo que habría ocurrido con otros resultados electorales. Riesgo país tipo Venezuela. Retiro y ocultamiento incontenible de dólares. Paralización de inversiones. Despidos masivos y cierre de negocios. Desconfianza internacional.
La lista es larga de lo que ha logrado el gobierno y lo que se ha evitado. Por ejemplo, la derogatoria de la ley mordaza que anulaba la libertad de prensa. Adiós a las cadenas nacionales; fin de los insultos sabatinos; principio del fin de Senesyt: la Gestapo universitaria. De manera que los cien días, creo que hay que verlos por lo que ha ocurrido, pero también por lo que pudo suceder y, en buena hora, no sucedió. (O)
